Acerca de Nosotros

El Beso: Un Ícono del Tango en Buenos Aires

Desde 1999, El Beso es un punto de referencia para la cultura milonguera en Buenos Aires. Ubicado en Riobamba 416, nuestro salón es un verdadero templo del tango, donde cada tarde y cada noche, los 365 días del año, el baile, la música y la pasión se encuentran en su máxima expresión.

Bajo la conducción de Rubén Vieyra, un defensor incansable del tango, El Beso se ha consolidado como un espacio de encuentro para milongueros de todo el mundo. Aquí, las tradiciones se respetan, la excelencia musical es una constante y el ambiente es cálido y acogedor, ofreciendo tanto una pista de primer nivel como una propuesta gastronómica de calidad.

Un Mito Porteño en la Historia del Tango

Desde su apertura, El Beso ha sido testigo y protagonista del resurgimiento de la milonga en la ciudad. En sus primeras noches, la mítica milonga de los martes, con la selección musical de Osvaldo Natucci, reunió a los grandes referentes del tango. A lo largo de los años, nuestro salón ha sido el punto de encuentro de milongueros legendarios como Carlos Gavito, el Flaco Dany, El Nene Masci, Tito Roca, Tete Rusconi, Pibe Sarandí y muchos más, quienes con su estilo y presencia contribuyeron a forjar el espíritu único de El Beso.
Aquí, la historia y la pasión se viven en cada rincón. Las mesas han sido testigos de innumerables encuentros, anécdotas y momentos inolvidables que han convertido a El Beso en un verdadero emblema del tango.

La Milonga Permanente: 365 Días de Tango

El Beso es el único espacio en el mundo donde, de lunes a lunes, cada tarde y cada noche, el tango cobra vida sin interrupciones. Nuestras milongas, muchas de ellas reconocidas internacionalmente, atraen a bailarines de todo el planeta, consolidando nuestra pista como un escenario de excelencia.

Como dicen los milongueros:
Como dicen los milongueros:

Solo sos un verdadero milonguero si al menos una vez bailaste en la mítica pista de El Beso.

Y como dice Rubén Vieyra: El Beso está cada día más lindo. Está para disfrutarlo, como todos los besos…