UNA HERRAMIENTA TERAPÉUTICA PARA EL PARKINSON

En el corazón del tango hay algo más que música y pasos marcados: hay conexión, abrazo, sensibilidad. Y ese mismo espíritu es el que hoy se pone al servicio de la salud. Cada vez más investigaciones y experiencias alrededor del mundo demuestran que el tango puede ser una herramienta terapéutica valiosa para personas con Parkinson. Y en Argentina, tierra de tango, hay quienes están llevando esta idea a la práctica con resultados sorprendentes.

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta principalmente el movimiento. Las personas que la padecen pueden experimentar temblores, rigidez, lentitud y problemas de equilibrio. Frente a esto, el tango —con su estructura rítmica, su foco en la postura, el equilibrio y la coordinación— se convierte en una actividad ideal. Pero más allá de lo físico, también promueve el bienestar emocional, la autoestima y la socialización, aspectos fundamentales para una buena calidad de vida.

Un gran ejemplo de esto es el trabajo que realiza el equipo de Tango Salud Parkinson, que recientemente fue protagonista de una nota muy completa donde cuentan su historia, su método y, sobre todo, los testimonios de quienes participan en sus clases.

Este tipo de iniciativas no solo acercan el arte a quienes más lo necesitan, sino que también nos invitan a repensar cómo entendemos la salud, el cuerpo y el movimiento. El tango no solo se baila: también se vive, se siente y, en este caso, se transforma en medicina.

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